El Ingreso Familiar de Emergencia nació como respuesta a la inactividad y la imposibilidad de generar ingresos durante la cuarentena, beneficiando a asistidos de la Asignación Universal por Hijo, monotributistas A y B y trabajadores informales, los que sumaron 9 millones de personas en esta segunda liquidación.

El beneficio sería por los meses de mayo y junio con un monto de 10 mil pesos y actualmente se analiza una tercera entrega, pero sólo para las regiones que estén en fases donde la actividad continúa restringida como por ejemplo Ciudad de Buenos Aires, AMBA o Gran Resitencia de Chaco entre otros puntos.

En un documento titulado «Hacia un nuevo piso de derechos: el IFE más allá de la emergencia», los especialistas opinan que esta política de estado ha sido positiva conteniendo a las familias por la abrupta caída en los ingresos de familias vulnerables que se vieron afectados por aislamiento como medida contra el Covid19. Y además afirmando que consecuentemente se aumentó el consumo interno que hizo que la economía no cayera en una profunda crisis.

“El IFE debe dejar de ser una política de emergencia para convertirse en una política de Estado, solidamente institucionalizada que fortalezca la democracia, brindando un piso de derechos y estabilidad para todos los argentino/as», expresaron en el documento.

Este proyecto ya fue elevado al estado Nacional y han convocado a quienes estén interesados en adherir y aportar ideas a la reformulación del documento para una posible implementación.