✍️ Por Mariano Barrientos
Estimado lector, con todo respeto a mi colega Máximo Noriega y a su columna «La Picardía del Voto en Río Primero: Paladar Selectivo que Desafía a la ‘Vieja Escuela'», publicada recientemente, debo confesar que su argumento, si bien elegante, me resulta simplista. Atribuir la derrota del oficialismo provincial en la elección nacional a un cómodo «voto gourmet « o a un «paladar selectivo» del ciudadano de Río Primero es una forma gentil de evitar una verdad mucho más incómoda: el cordobesismo cayó a nivel nacional, y falló en su propia casa.
La Falacia del Liderazgo de Doble Uso
Mi principal desacuerdo con Noriega radica en la doble vara argumental aplicada a la ciudad de Monte Cristo .
Se nos dice que el triunfo de Daniel Haniewicz (Provincias Unidas) en 2023 fue una prueba de la «fuerte validación de la figura y la gestión local» . Y que esa fuerza de liderazgo local fue clave para asegurar la banca del legislador Juan José Blangino con esos 1.660 votos de diferencia. Hasta allí, lo compramos. El liderazgo local arrastra.
Pero, de pronto, cuando el mismo electorado de Monte Cristo le dio la espalda a Provincias Unidas en la elección nacional, eligiendo a La Libertad Avanza con el 44,61% frente al pobre 29,42% del oficialismo, el argumento cambia: ya no es la debilidad del liderazgo o el proyecto; ¡Es que el votante hizo un «análisis disociado» de lo nacional!
Lo siento, Noriega, pero ese enfoque es insuficiente. El análisis es selectivo: cuando el peronismo cordobés gana, es por la potencia del liderazgo local; cuando pierde, es por la madurez del votante.
En realidad, la derrota en un «bastión como Monte Cristo, con un intendente de peso, tiene mucho más que ver con la falta de contundencia política en el territorio del propio oficialismo. Si bien Haniewicz es intendente, quienes estamos en el paño sabemos que incluso en su propia gestión cuesta encontrar una estructura política propia y sólida en el gabinete municipal capaz de militar y defensor de un proyecto nacional. La militancia no se hace sola, y en Monte Cristo se notó la ausencia.
La Lealtad Perdida y la Militancia Ausente
La verdad de lo que pasó en Río Primero y, particularmente, en Monte Cristo se explica con factores internos del cordobesismo que Noriega convenientemente omite:
Desconfianza en el Proyecto Nacional: Sencillamente, el votante y, peor aún, la propia militancia de base , no confiaban en el cordobesismo para un proyecto nacional . El cordobesismo no logró convencer de su viabilidad federal, quedando atrapado en la indefinición ideológica.
El Cansancio de las Bases: Para las bases políticas del partido, una gestión militar que colaboraba permanentemente con una gestión nacional totalmente opuesta en términos ideológicos era un problema. ¿Cómo se le explica eso al vecino en el día a día? Se creó un vacío ideológico que La Libertad Avanza llenó sin problemas.
Los Mensajes Cruzados: La gota que rebalsó el vaso fueron los mensajes políticos contradictorios de la cúpula. ¿O acaso el votante no recuerda que Alejandra Vigo votó a favor de privatizar las nucleoeléctricas (como Embalse) poco antes de las elecciones? Estos gestos de alineamiento con políticas de ajuste y privatización confunden a las bases y le quitan toda épica a la campaña.
Candidatos sin Consenso: No es un secreto que la militancia no quería a muchos de los candidatos que bajaron desde la Capital, sin tener un trabajo orgánico en el territorio de Río Primero. Si la base no empuja, no hay liderazgo que aguante el vendaval nacional.
En conclusión, la derrota no fue por la sofisticación del votante, sino por la debilidad del proyecto nacional cordobés y la ausencia de militancia real en el territorio. Río Primero no votó por placer gourmet , votó por rechazo a una oferta que no le resultó convincente ni ideológica ni territorialmente. Dejemos de endulzar la píldora.









