El lugar ofrecerá el paseo educativo y recreativo más lúdico de la ciudad, enclavado en el borde periférico este y en situación determinante para el drenaje de las aguas de lluvia.

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El mismo se plantea como un museo a cielo abierto donde quedarán expuestas las especies nativas correspondientes al distrito del algarrobo (Eco-región del Espinal) en la cual se encuentra geográficamente enclavada la ciudad de Monte Cristo.

screenshot_33 Algarrobos blancos y negros, Espinillos, Talas, Aromos, entre otras especies arbóreas, arbustivas y rastreras serán las especies predominantes, que agrupadas en bosquecitos completaran los tres estratos vegetales y tendrán la misión de otorgar servicios ambientales, generando así un borde verde en el perímetro Noreste de la ciudad. Esto facilitará la normalización de las condiciones de contaminación por polución de suelos y purificará el aire proveniente de zonas rurales.

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Los nuevos árboles funcionarán además como cortina forestal reduciendo la temperatura de los vientos cálidos de verano.

Este corredor ecológico atraerá una biodiversidad de aves y otras especies de la fauna nativa que actualmente se encuentran en extinción y que junto con la variedad vegetal enriquecerá las posibilidades de aprender sobre la naturaleza que ofrece este museo a cielo abierto natural.

La recuperación de los suelos vegetales tendrá un rol fundamental en los procesos hidrológicos urbanos, que se verá reflejado en una reducción significativa del tiempo de absorción de los mismos, dado el altísimo volumen de agua en milímetros que precipita actualmente. El gran canal direccionará hacia las lagunas de retardo las aguas de escurrimiento pluvial de la ciudad generando un orden.

Los paseos peatonales, las bici-sendas y los lugares de permanencia y juego serán articuladores de recorridos para iniciar a la sociedad en la importancia de la relación ciudad-patrimonio, territorio-naturaleza.

Con una propuesta renovada de su imagen, Monte Cristo recuperará su ambiente ferroviario- cultural, se exaltarán los valores lúdico, estético y simbólico del puente negro: ahora como balcón hacia escenarios urbanos, industriales y rurales contemporáneos y recreando en el diseño de sus paseos, la vieja huella que dejase el viejo Tren Mitre.

Con este parque la ciudad de Monte Cristo será pionera en su región en el diseño de sus infraestructuras verdes dentro de un complejo plan de ciudad que contempla el manejo de aguas pluviales, la recuperación ambiental a través de la reforestación, el cuidado y la puesta en valor del patrimonio tangible e intangible de la ciudad.

La municipalidad ya comenzó a trabajar en la primera etapa de este proyecto, que contempla la reforestación de casi 9 hectáreas con alrededor de 1000 árboles de especies nativas, reivindicando así bosques bajos de algarrobos, espinillos, garabatos, entre otros.

Con diseño del paisaje y políticas de gestión viables comenzaríamos a darle forma a un proyecto austero, que pretende a través de acciones simples y puntuales colmar de significado y calidad los espacios de uso público, pensando y diseñando lugares sostenibles y placenteros en su aspecto visual para la ciudad de Monte Cristo.