Vecinos de Capilla de los Remedios tomaron muestras del río Suquía a la altura de la comuna. Los valores de coliformes totales fueron 23 millones cada 100 mililitros. El valor máximo fijado por un decreto provincial de 2016 es cinco mil.

A su vez, se detectaron 9,3 millones de coliformes fecales. El máximo permitido es de mil. Es indicador de una contaminación fecal reciente, ya que este tipo de bacterias sobrevive poco tiempo fuera del intestino de animales de sangre caliente.

Las muestras fueron tomadas por Pedro Franke, un vecino de la localidad, según las instrucciones que le dieron desde el Centro de Química Aplicada (Cequimap) de la Universidad Nacional de Córdoba, que realizó el análisis.

“Elegí este lugar hace unos años para criar a mis hijos en la tranquilidad de un bello lugar, cerca de la ciudad”, dice Pedro, quien también es responsable de la campaña “Queremos respirar” para visibilizar el problema en la Capital.

Y agrega: “Por las noches no podemos abrir las ventanas debido al olor pestilente. Vivimos con el temor de que nuestros hijos pequeños toquen un perro que fue al río, porque la contaminación es tal que el agua pasó a ser un peligro constante para la salud de los habitantes”.

Federico Kopta, del Foro Ambiental Córdoba, se mostró sorprendido por los resultados.

“Conocemos que los efluentes vertidos por Bajo Grande convierten al Suquía en un ámbito incompatible con cualquier forma de vida esperable en un curso de agua superficial. El oxígeno desaparece del agua por la actividad de bacterias que descomponen la materia orgánica. El mal olor es indicador de ese proceso. Pero además, estos líquidos portan un sinnúmero de agentes patógenos”, dice.

Y agrega: “Lo sorprendente de los resultados de Capilla de los Remedios es que el río no pudo autodepurar los contaminantes en esos casi 37 kilómetros de trayecto, lo que debería haber sucedido por la oxigenación que produce el movimiento de las aguas”.

Miriam Gómez, jefa comunal de Capilla de los Remedios, asegura que si hay un punto en el que la comunidad está unida es en esto. “La contaminación se agravó hace unos seis meses. Lo que se siente y se vive en Capilla de los Remedios está reflejado en esos análisis”, dice.

Y agrega: “No se puede respirar. Los eventos más graves se dan a la noche. Y al otro día aumentan los casos de vómitos, diarreas, conjuntivitis y otros cuadros que llegan al centro de salud de la comuna”.

El problema también perjudica el turismo, que antes llegaba a esta localidad emplazada en un barranco natural y por donde antes circulaba un río cristalino. “Hay un camping que se usa los fines de semana. En fin de año había hasta tres mil personas. Era un atractivo de la localidad que ahora se ha perdido”, reconoce.

La funcionaria asegura que por el momento las napas que abastecen de agua potable a los tres mil habitantes de la zona no están afectadas por la contaminación.

 

Fuente: La Voz