Finalmente se confirmó la sospecha inicial. Los pasajeros del Ford Focus accidentado ayer eran de Monte Cristo. Rodrigo Ingaramo, empresario del transporte interurbano, era oriundo de Santa Fe pero había construido su parte de su vida acá, antes de separarse de la mamá de los pequeños. Emma, la nena de 6 años, vivía con su hermano Cruz, de 3, en Monte Cristo junto a su mamá.
Ayer, en el fatídico accidente, 3 almas fueron sorprendidas por la tragedia. Un acoplado chico, del estilo “chatín”, de esos que se usan en el campo, se desprendió del vehículo que lo tiraba, y se incrustó en el frente del Ford Focus de los Ingaramo.
Los nenes iban en el asiento trasero, pero el fuerte impacto arrasó con el lateral izquierdo del auto, casi en su totalidad. Rodrigo y Emma no sobrevivieron.
En la parte trasera del Focus del lado derecho, el milagro.
Cruz lloraba. Rápidamente se le dio auxilio, en medio de la crisis nerviosa. Bomberos voluntarios de Monte Cristo, y los integrantes de la Comisaría Local, trabajaron a destajo para tratar de rescatar a la familia. El chofer del camión al que se le desprendió el carro, de apellido Maccio, y vecino de la ciudad, colaboró con el rescate.
El menor fue derivado al Hospital de Niños de la ciudad de Córdoba. En estado reservado, y en intensa observación. Hoy el parte médico indicó que el pequeño se encuentra fuera de peligro, aunque con algunos golpes y hematomas leves que lo mantienen en observación.
Mientras tanto, las redes sociales, y los puntos de encuentro de la ciudad se vieron empañados de congoja y tristeza. Muchos conocían a los Ingaramo. La propia Emma era alumna del Instituto Parroquial Monte Cristo, que hoy se encuentra cerrado por duelo.
Hoy, en este día gris, Monte Cristo llora por una familia golpeada por la tragedia.