Por Mónica Villanueva*

La educación es el pilar de los pueblos, un pilar fundamental para pretender un futuro mejor.

 

En este 2016 festejamos dos aniversarios de Instituciones educativas de nuestra ciudad que tienen gran relevancia en la formación de nuestros niños y adolescentes. Los 50 años del Instituto Parroquial Monte Cristo y los 125 años del Centro Educativo “25 de Mayo”.

La escuela más joven comenzó el 7 de marzo de 1966 impulsada por el párroco presbítero Héctor Aguilera, como Instituto de nivel medio incorporando en el año 1993 el nivel primario y posteriormente en 2012 se concretó la apertura del nivel inicial conformando una propuesta educativa muy completa sintetizada en la fe, la cultura y la vida.

Por su parte la historia del C.E. “25 de Mayo” se remonta a fines del siglo XIX. Surge como establecimiento de niños. En el año 1928 se inaugura el actual edificio. Para el año del Centenario de su fundación-1991- la población estudiantil era de 540 alumnos, siendo la escuela más grande del Departamento. En la actualidad la matrícula es de 416 alumnos.

Estamos hablando de dos escuelas de fundamental importancia en la historia educativa de Monte Cristo, la de mayor antigüedad es la madre de nuestras escuelas con una trayectoria impecable. Asimismo el Parroquial fue durante muchos años el único colegio secundario de nuestra comunidad por lo que albergó generaciones completas que pasaron por sus aulas.

Voy a destacar un aspecto que a mi parecer fue el común denominador de estos dos momentos: el REENCUENTRO. Ambos festejos estuvieron basados en este punto, encontrarse nuevamente cara a cara. Hoy cuando las redes sociales ocupan espacios a cambio de la presencia física, verse fue algo que nos siempre se da tan fácilmente. Estos festejos fueron motivos más que válidos para poder abrazarse, recordar anécdotas, mirarse, charlar, compartir…. eso que hemos perdido por la falta de tiempo. Reencuentro de ex alumnos, ex profesores, ex maestros, ex directivos, ex personal administrativo y auxiliar……la emoción, la alegría, la nostalgia de una época que ya paso pero que quedo en cada corazón.

Es importante destacar y felicitar a los que forjaron la historia y a los que escriben el presente para proyectar el futuro, recordar y revivir nos da la posibilidad de aprender, valorar y celebrar la vida.

Depende de cada uno de nosotros que ese pilar fundamental como lo es la educación en una comunidad siga tan firme para sostener el futuro que está llegando.