Las precipitaciones registradas en la provincia los últimos días trajeron un poco de alivio en la alicaída situación en la que se encuentran las zonas de mayor producción agrícola.
Luego de largos meses de escasa humedad, los números de rinde para esta cosecha están lejos de ser los ideales, y el panorama es al menos preocupante.
Las lluvias y lloviznas registradas durante el fin de semana no surtirán efecto en las consecuencias de la sequía. La temporada cierra con gran angustia para el campo. Pero lo que sí dejaron estos chaparrones fue un mejor posicionamiento en los perfiles que se necesitan para enfrentar la temporada de invierno.
Si se logra cierta regularidad de lluvias en los próximos días, los niveles de humedad del suelo serán óptimos para la siembra de trigo principalmente, que es el cultivo característico para Córdoba en esta época.
Mientras tanto, la Comisión Provincial de Emergencia Agropecuaria definirá en el transcurso del día de hoy qué zonas se declararán en emergencia o desastre por la sequía del verano. Se trataría de unas 2 millones de hectáreas afectadas por la carencia de agua.
¿Qué significa esto para los productores? Que a través de una declaración jurada que certifique los daños, podrán obtener algunos beneficios paliativos como la eximición del pago del Impuesto Inmobiliario Rural, y la bonificación de tasas para créditos bancarios. A su vez esta declaración puede ser homologada para ingresar al protocolo nacional de emergencia agropecuaria.
Buenas noticias
Si bien hoy salió el sol luego de varios días de llovizna, y a su vez se esperan altas temperaturas para el inicio de esta semana, el Servicio Meteorológico Nacional anuncia que para el jueves se volverán a registrar nuevas lluvias, y una baja en las temperaturas.
Esta sucesión de precipitaciones indicaría un cambio de patrón del comportamiento climático, y se pronostica un otoño húmedo que pondría fin a la sequía.