La Asamblea Malvinas Lucha por la Vida junto a Raúl Montenegro – asesor técnico y representante de la FUNAM – y la Cátedra de Biología Evolutiva de la Facultad de Piscología (UNC) denunciaron el alto nivel de plaguicidas encontrado en la sangre de niños y adultos de Malvinas Argentinas.
En conferencia de prensa, la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida, junto a FUNAM y a la Cátedra de Psicología Evolutiva de la Facultad de Psicología, dieron a conocer los resultados de los análisis de sangre que le encargaron al Centro de Asesoramiento Toxicológico Analítico (Cenatoxa) y a la Cátedra de Toxicología y Química Legal, ambos pertenecientes a la Universidad Nacional de Buenos Aires.
“Los resultados demuestran que en siete de las diez muestras analizadas hay residuos de agrotóxicos muy persistentes como Aldrin, Dieldrin, DDT y Beta HCH. Del total de muestras, cuatro pertenecían a niños y seis a adultos de diferentes edades, todos residentes permanentes y con domicilio en diferentes zonas de la localidad”, afirmaron desde el portal de noticias EcosCordoba.
“Ahora está claro porque la Municipalidad de Malvinas Argentinas y el gobierno de la provincia no querían hacer análisis para la detección de plaguicidas en sangre, ni monitorear los niveles de contaminación con agroquímicos en agua, suelo y seres vivos”, sostuvo Celina Molina, de la Asamblea Malvinas Luchas por la Vida.
En este sentido, y en medio de la lucha contra la instalación de Monsanto, se exigió al gobierno de Córdoba que “en conjunto con las municipalidades y comunas de la provincia monte un Observatorio Ambiental que mida permanentemente la presencia de plaguicidas y otras sustancias tóxicas en muestras biológicas (sangre, orina, leche materna) y en muestras de otros organismos vivos, aire, suelo, agua y sedimentos” así como también “la creación de un Observatorio Epidemiológico provincial que registre las enfermedades y la mortalidad en forma permanente” y que el registro abarque “todas las enfermedades, desde alergias hasta cáncer, malformaciones y trastornos genéticos”.
Fuente: Ecos Córdoba