Las márgenes de la ruta 19, entre la Circunvalación y el CPC Pueyrredón, cambiaron su imagen radicalmente en el último año y medio. Los asentamientos precarios que se extendían en ese sector del este de la ciudad de Córdoba fueron dejando paso a nuevos barrios.
Yendo hacia el CPC, a mano derecha está Bajo Pueyrredón, y sobre la izquierda, Barranca Yaco. En el primer asentamiento ya se entregó un centenar de casas, mientras que en el segundo, se terminan otras 82.
Marta Monge es referente de Barranca Yaco. Vive desde hace más de 30 años en el asentamiento, que cada día se parece más a un barrio, y tiene a su cargo una guardería a la que asisten unos 85 niños.
Beatriz abre las puertas de su casa. En el frente, el jardín está tomando forma. Dentro, señala que en cualquier momento empezará a colocar los mosaicos en el piso. Las viviendas, de dos dormitorios, se entregan con contrapiso y con los baños instalados.
“Es muy linda nuestra casa. Ahora estamos esperando que apuren la entrega para el módulo de nuestro hijo”, dice Beatriz.
Su vecina Marta no recibirá una de las 82 casitas de dos dormitorios, un baño y cocina comedor. Como no tuvo que ser relocalizada para trazar una calle, a ella le toca un módulo habitacional que consta de un baño y una cocina comedor, que se agrega a su vivienda.
Sin embargo, está orgullosa del cambio que está viviendo todo el sector. Las 82 viviendas están ubicadas en las manzanas que están pegadas a la ruta 19. Detrás, se abrieron calles con cordón cuneta y se multiplican los módulos habitacionales.
“Esto va cambiando, todavía falta pero va cambiando”, dice Marta. En la esquina de uno de los accesos a Barranca Yaco hay una de las nuevas casitas. Sobre la puerta está la numeración y la leyenda “Beatriz Díaz – Tránsito Gelvez”.
María Ledesma vive dentro del barrio. Ella está terminando el pasillo que conectará dos dormitorios que poseía al nuevo módulo habitacional construido por la Provincia. Dentro de la flamante cocina comedor, comenta que hubiera preferido una casita, pero que está contenta con lo que se construyó.
Inconformes. Pero no todos los vecinos están conformes. Algunos se quejan por las demoras en las obras o porque las casas y los módulos tienen problemas de impermeabilización o porque no están totalmente terminados.
Nora Portugal es una de ellas. Enojada, la mujer dice que su casa no está completa. “Dijeron que en tres o cuatro días nos daban las puertas de adentro, pero ya pasaron cuatro meses”, se queja.
En el caso de Luis Álvarez, su problema radica en que le apilaron escombros en contra de su casa y la humedad está afectando la construcción. El hombre tiene un hijo discapacitado, y asegura que el Gobierno le prometió una vivienda adaptada, pero aún no hay noticias sobre si se la construirán.
Rosa, otra vecina, señala el pozo negro que construyeron en su terreno y que no fue finalizado. También dice que en toda la semana no apareció la empresa constructora para terminar el módulo habitacional que le tocó. Las mismas quejas sobre las demoras llegan desde la villa Campo de la Ribera, separada de Barranca Yaco por el río Suquía. “Las casas se tenían que terminar para fin de año”, comentó uno de los referentes.
Según la información oficial, la ejecución de 219 viviendas para Campo de la Ribera lleva un avance del 30 por ciento.
Desde el Gobierno provincial reconocieron ciertas demoras. “Hay una demora eventual, pero no quiere decir que se haya detenido el programa. Seguimos ejecutando las obras, pero hay en estudio una refuncionalización del proyecto que lo estamos tratando de viabilizar y compatibilizar con las áreas que intervienen en estos mejoramientos que financia la Provincia”, explicó Paulo Messori, director de Escrituración de Viviendas Sociales, del Ministerio de Desarrollo Social.
Si bien no lo reconocen oficialmente, los problemas financieros que atraviesa el Estado provincial, con baja de recaudación y sin envío de fondos nacionales, ralentiza las obras.
Fuente: La Voz