La Municipalidad de Monte Cristo junto a la comunidad le realizo el merecido homenaje a Don Francisco Bulzani en el marco del 100º Aniversario del acontecimiento histórico denominado ¨ Grito de Alcorta ¨. De esta manera se honro la memoria del quien fue el precursor del movimiento que dio origen a la Federación Agraria Argentina ( F.A.A. ) y en reconocimiento por su tenaz lucha por los derechos del campo argentino.
El acto se vio empañado por el clima que impidió una asistencia masiva asimismo el Intendente de Monte Cristo Ing. Agr. Fernando Gazzoni encabezò las autoridades locales además se conto con la presencia de el Sr. Vìctor Gasparini ( ex presidente de F.A.A. filial Oncativo ), el actual presidente de la F.A.A filial Còrdoba Sr. Agustìn Pizzichini y de familiares de Bulzani que llegaron especialmente a nuestra ciudad para participar de este homenaje.
Durante el mismo se descubrió la escultura monumento conmemorativa, obra que fue encargada por el Intendente y cuya idea fue trabajada en conjunto por Martìn Almada ( empleado de la Municipalidad ) y el artista Nèstor Budano quien tuvo a cargo la creación final de la misma.
Finalmente el Intendente hizo entrega de recordatorios a la familia Bulzani y a las autoridades invitadas.
Fue una emotiva ceremonia donde se reconoció a un héroe olvidado cuyos restos descansan en el cementerio San Luis de nuestra ciudad.
FUNDAMENTOS DE LA ESCULTURA MONUMENTO A F.BULZANI creada por NESTOR BUDANO.
Análisis de obra:
El puño en alto simboliza la resistencia y la revolución. Este puño surge de una opresión de los alambres de púas q a su ves representan los limites en los campos, dichos limites generados en esa época por los terratenientes y empresas q usaban esto para dominar y sacar ventaja de los trabajadores agrarios.
Esta revolución esta apoyada y se levanta de un prisma, idea de la razón, de la organización, de la solidez de los ideales de los trabajadores.
El prisma esta cubierto de palabras, escritas, guardadas para la posteridad como principios primigenios, de la lucha y la igualdad de posibilidades. Estas palabras son las premisas usadas por los encargados de dirigir y organizar las masas de trabajadores para lograr esa fuerza de choque y resistencia q termino por lograr la victoria y el surgimiento de la organización para las generaciones futuras.
FRANCISCO BULZANI, EL HEROE OLVIDADO, ESTÁ EN MONTE CRISTO
TODAVIA NO DESCANSA EN PAZ
Francisco Bulzani, uno de los impulsores de El grito de Alcorta que dio inicio a la Federación Agraria Argentina descansa en el cementerio San Luis de Monte Cristo tras elegir a la localidad para refugiar a su familia de los sicarios de la muerte que lo buscaron por todo el país.
Han pasado cien años de la gran huelga que cambió el campo argentino para siempre.
Hoy la Municipalidad de Monte Cristo y toda la comunidad se ponen de pie para honrar la memoria de Francisco Bulzani y , que dio todo lo que tenían en una lucha desigual que cambió la historia.
El grito de Alcorta es uno de los grandes movimientos sociales que cambió la Argentina en los albores del siglo XX. Comenzó con el encuentro de seis hombres acorralados por las circunstancias. Y rápidamente se convirtió en el punto de encuentro de los más oprimidos y explotados de una nación que defendía orgullosamente su posición de “granero del mundo” y sometía cotidianamente a quienes generaban, realmente, esa riqueza.
Francisco Bulzani, los tres hermanos Netri (un abogado y dos curas), Carlos Treviño (de Firmat, fundador de la Liga Agraria) y Angel Bujarrabal, un comerciante de ramos generales que prestó el sótano de su almacén para las primeras reuniones fueron los iniciadores del gran movimiento, Encolumnados tras el genovés cabeza dura de Bulzani, comenzaron una revuelta que terminó en un paro agropecuario de un año de duración y que abarcó a todas las provincias productivas de la pampa húmeda.
Bulzani era el ´presidente del “Comité de huelga” y Netri redactó los contratos y negoció con los grandes empresarios las nuevas condiciones.
El reclamo original fue reducir los arriendos para los pequeños productores, bajar los costos y mejorar la vida de los campesinos. Al cabo de un año durísimo, muchos de ellos mejoraron sus condiciones de vida y los dos Franciscos. Bulzani y Netri, terminan fundando junto a otros diez valientes la Federación Agraria Argentina.
El campo había cambiado para siempre y los estancieros perdieron verdaderas fortunas.
Pero la vida de ese pequeño grupo de amigos que comenzó la huelga se convirtió en un infierno.
Los patrones dilataron las conversaciones y aprovecharon para desatar una tormenta de sangre y muerte.
Tres de ellos fueron asesinados alevosamente por sicarios amparados por el poder político. Los otros lograron escapar a los fusiles pero quedaron en la miseria, sin tierras ni manera de sustentar a sus familias.
Bulzani se convirtió en el gran protector. Sin dinero pero con mucha imaginación logró burlar a los sicarios y esconder a cientos de huelguistas, protegerlos y darles una nueva oportunidad. Su mujer, María, se transformó en un faro para una legión de mujeres inmigrantres que casi no conocían el idioma ni las costumbres, pero que estaban aterradas con la idea de perder a sus maridos en una lucha desigual, sangrienta y despiadada. Ella, con el tiempo, se convirtió en otra leyenda, “la María de Alcorta”
Cuando las aguas se aplacaron un poco, Francisco Bulzani, convertido en líder indiscutido de la gran huelga, se perdió en el tiempo y la distancia. La conducción de Federación Agraria Argentina fue arrebatada por dos oportunistas que tendieron algunos lazos con el poder y lograron sobrevivir pactando con los patrones. Bulzani y Netri eran en el enemigo. El genovés logró escapar. El abogado no, fue fusilado en Rosario en 1913.
Los esclavos de la muerte siguieron buscándolo todo lo que los bolsillos de los patrones quisieron pagar para aplacar su sed de sangre. Pero nunca lo encontraron.
¿Dónde está Bulzani?
La familia Eberhardt, descendientres de inmigrantes suizos alemanes, se había radicado poco tiempo atrás en la zona rural de Monte Cristo y tenía un campo ubicado a unos siete kilómetros al este de la localidad, sobre el camino a San Francisco, en él vivían los hermanos Adolfo, Antonio y Alberto Eberhardt,
Don Adolfo Eberhardt le prestó una de las viviendas que tenía en el campo para que se sintiera más seguro por unos meses, ya que había recibido amenazas contra su vida y la de sus hijos. Se quedó veinte años, su familia creció y se multiplicó. Para ocultarse y proteger a sus hijos, dejó a su mujer y se fue, solo, a barrio Yofre. Varios de sus hijos llevan el apellido de soltera de María Ribotti, con quien no había contraído nupcias nunca. Tiempo antes de morir, don Adolfo Eberhardt llevó un sacerdote a la casa de Francisco y se casaron ante los ojos de Dios.