El evento, que ya se ha convertido en un clásico de la ciudad, dio el pasado domingo a la tarde.

A pesar del viento, el clima acompañó a los anfitriones de Uniendo Huellas, quienes impulsan año a año el desfile con todo el apoyo de la Municipalidad de Monte Cristo.

El marco fue netamente familiar, y los niños, junto a sus mascotas, fueron los protagonistas centrales de la jornada. Más de 60 participantes, en su mayoría perros de distintas razas y algunos gatos participaron del concurso.

Sin embargo, algunos “modelos” se robaron algunas miradas más: un cobayo blanco y una coneja dieron el toque diferente. Pero la que más curiosidad despertó fue una cabrita. La simpática chivita fue con su dueño y se llevó miradas y caricias de niños y grandes.

 

También se entregaron perros en adopción y se hizo hincapié sobre la tenencia responsable de las mascotas.

Se eligieron a las cuatro mascotas destacadas por sus disfraces y accesorios y en el final se sortearon premios donados por el comercio y veterinarios que colaboraron con la realización de esta edición.

El saldo positivo del evento deja una buena impresión para el año que viene en donde se espera un doble festejo, por el día del animal, y por cumplirse los primeros 10 años del desfile.

Fotos: Municipalidad de Monte Cristo